El gallo de Bab Mcnab

   

    La paraula postureo és nova, però l'actitud és tan antiga com el món
    Si el lector visita alguna vez New Salem, verá  una hondonada junto a una estaca, al pie de la pendiente del almacén de Offut, donde trabajaba Lincoln como escribiente. Los Muchachos del Bosquecillo de Clary solían afectuar allí sus riñas de gallos y Lincoln actuaba como árbitro. Durante semanas enteras Bab Mcnab se había estado jactando de un joven gallo capaz de vencer a todos los del distrito de Sangamon. Pero, cuando el animal fue colocado finalmente en el reñidero, le volvió la cola al público y se negó a luchar. Bab, disgustado, lo tomó y lo arrojó a buena altura. El gallo se posó sobre una pila de leña próxima y luego se pavoneó y encarrujó sus plumas y cantó con aire desafiante. 

    -¡Sí, maldito seas! -dijo McNab-. Eres grande en el desfile, pero no vales un comino en una pelea. 
Lincoln decía que el general McClellan le recordaba al gallo de bab Mcnab

Incerta glòria de Joan Sales.

De jovenet pensava que era un llibre religiós i m'atreia i em feia por  "... La set de glòria es fa, en certs moments de la vida do...