La felicitación más sincera
EN FINLANDIA ofrecen un método único para paliar la soledad postal en estas fiestas
MÀRIUS SERRA - 23/12/2004
Ni mi cartero ni yo conocemos a nadie que a estas alturas no haya recibido ninguna felicitación navideña, aunque el remitente sea un gimnasio, un operador de telefonía o el supermercado del barrio. O incluso cualquiera de las múltiples instituciones que velan por nuestra felicidad ciudadana. Sin ir más lejos, los barceloneses hemos recibido un bello christmas municipal repleto de fichas con letras negras que enrojecen en siete ocasiones: B, O, N, N, A, D, A, L.
Reconozco que este año han dado en el clavo. El diseño de Peret no es ni carca ni progre, ni soso ni chillón, va sin símbolos ni pesebres pero felicitando la Navidad y encima nos desea buenas lecturas ante el próximo año del Libro. Por desgracia, Peret se percató a tiempo de que debía colorear las siete fichas para que leyéramos el mensaje correcto, porque si nos fijamos tanto en las letras negras como en las rojas se forman ante nuestros navideños ojos mensajes tan maravillosos como J, A, B, O, N, A, N, A, L o bien B, O, J, A, N, A, N, A. Al dorso de tamaña sopa de letras el alcalde Clos nos desea un Bon Any del Llibre i la Lectura con un texto autógrafo que bien pudiera haber firmado la famosa máquina de Rumsfeld.
Les ahorro la descripción detallada de las otras felicitaciones más o menos personalizadas que andan por casa. Éste es un artículo que no piensa caer en el clásico tono displicente del antinavideñismo. Que ni mi cartero ni yo no conozcamos a nadie que se haya librado de recibir una felicitación navideña no quiere decir que ese infeliz ciudadano no pueda existir. Y teniendo en cuenta que sólo faltan 48 horas para el día D, resulta acuciante resolver cualquier duda al respecto.
Por eso, con una voluntad de servicio público de la que en otras ocasiones este articulista carece, hoy me veo en la obligación de divulgar una iniciativa única en el planeta que puede paliar la soledad postal de aquellos que no tienen quien les escriba. Se trata del servicio de felicitaciones navideñas del auténtico Papá Noel, cuya sede central está en la oficina central de correos del Oy Santa Claus Greeting Center, en Rovaniemi (96930 Arctic Circle, Finlandia). Les aseguro que no es una oficina virtual. He estado allí. Gestiona más de dos millones de cartas anuales que van y vienen de todo el mundo movidas por el fervor que suscita la figura de Santa Claus.
Niños de todo el planeta hacen que sus padres se gasten una pasta en sellos para que Santa reciba sus cartas. Entre los múltiples servicios de esta oficina postal, está el Joulupukin kirjetilaus o solicitud de carta de Santa Claus. Según el folleto que pillé este verano, costaba 6 euros, pero ahora observo en la web -www.santagreeting.fi- que ya lo han actualizado a 6,95. Hay que escribir con letra de palo los datos postales del destinatario, cómo desea constar el remitente y escoger entre las doce lenguas (el español es la número 11) en las que sabe escribir el políglota barbudo. El folleto sólo está en seis (francés e italiano son las románicas), pero de la presencia del japonés se deduce un intenso tráfico postal con cuatro de los cinco continentes. Escriban, paguen y la eficiencia finlandesa hará el resto. Puede que mañana mismo les llegue la más sincera de todas las felicitaciones que recibirán.
MariusSerra@verbalia.com
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