El Barça és un club propici per al papanatisme, tant si guanya com si no. Aviat reviurem moments de gran imbecil·litat a la Plaça de Sant Jaume. Posats a triar, prefereixo la vistoriosa, òbviament. Tornaran els afanys de l'Arcadi Alibés, el nostre home a la Rambla, i sabent com és el senyor Laporta, se'n prepara alguna de sonada. Per a una gent sentimental i ploramiques, els articles futbolístics de l'Espadaler haurien de ser uns magnífics antídots. També ho haurien de ser per als periodistes madrilenys, everybody needs good neighbours, la brunete futbolística. Però ja se sap, l'estultícia és devastadora.
Tiempos de agitación y propaganda
ANTON M. ESPADALER - 02/05/2005
A la que uno se interesa por el fútbol no para de recibir sorpresas. Ahí es nada enterarse en la revista ´Catalunya Recerca´, editada por la Conselleria de Universitats, Recerca i Societat de la Informació, que todo el éxito del Valencia de Rafa Benítez se debió a la colaboración del club con el Institut de Robòtica de la Escola Tècnica Superior d´Enginyeria de aquella ciudad. Benítez pertenece a ese grupo de entrenadores estudiosos destinado a crecer con el paso de las ligas. No hay que olvidar que desde que el fútbol es una materia universitaria que se cursa en el INEF -donde se exige mejor nota mínima para entrar que en facultades con más solera-, está llamado a experimentar un cambio profundo, que, al menos en parte, va a basarse en su contacto con el mundo científico.
No sin resistencias, claro está. Véase, si no, lo que sucede en Italia. El país de la elegancia, de la sutileza en todos los ámbitos, de la finezza' como le gusta recordar a Enric Juliana, se caracteriza, en cambio, por un fútbol barriobajero y una relación con la ciencia miserable y desvergonzada, como enseña el caso Cannavaro (la RAI mostró un vídeo en el que aparecía el ahora jugador del Juventus inyectándose una sustancia llamada Neoton, un cardiónico no prohibido).
Mientras ese momento de alianza con los analistas científicos no acaba de consumarse, uno tiene la impresión de que aquí los que tratan de fútbol son todos de letras. ¡Y qué letras! Menudo ejercicio de lirismo se pudo leer en un diario deportivo capitalino que en portada publicó una encendida carta de amor a Zidane. Los juglares andan repartidos entre la oda a unos y el vejamen a otros, que es el Barça, y mucho me temo que en esta semana que se inicia vamos a asistir a un amplio repertorio de agitación y propaganda para el que conviene estar preparados.
Estoy convencido que la insidia irá aumentando progresivamente, según procede, y me huelo que va a escoger el flanco más flaco, que no está en el banquillo sino algo más arriba. Habrá que ver si hay quien se presta al juego y las complicidades que delate el origen de la munición. Y si aún así alguien duda, siempre nos podremos quedar con la imagen de una grada unida al equipo, y tan contenta con su trayectoria que ayer llenó el campo no atraído por el nombre del rival, sino para proclamar esta alianza. Todo lo demás es literatura, y de la mala.
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