En aquest sentit, Milan Kundera, a La insoportable levedad del ser, té una reflexió simplista però molt divertida sobre la llibertat, la merda i Déu.
Cuando yo era pequeño y hojeaba el Antiguo Testamento adaptado para niños y adornado con gravados de Gustav Doré, veía ahí a Dios sobre una nube. Era un anciano, tenía ojos, nariz, una larga barba y yo me decía que, si tenía boca, debía comer. Y si come, también tenía que tener tripas. pero aquella idea me asustaba porque, aunque era hijo de una familia más bien no creyente, sentía que la idea de las tripas de Dios, era una blasfemia.
Sin ningún tipo de preparación teológica, espontáneamente, comprendí desde niño la incompatibilidad entre la mierda y Dios y, de ahí, cuán dudosa resulta la tesis básica de la antropología cristiana según la cual el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios. Una de dos: o el hombre fue creado a semejanza de Dios y entonces Dios tiene tripas, o Dios no tiene tripas y entonces el hombre no se le parece.
Los antiguos gnósticos lo sentían igual que yo cuando tenía cinco años. Valentín, gran maestro de la Gnosis en el siglo segundo, decía para resolver este enrevesado problema que Jesús "comía, bebía, pero no defecaba".
la mierda es un problema más complejo que el mal. Dios les dio a los hombres la libertad y por eso podemos suponer que al fin y al cabo no es responsable de los crímenes humanos. Pero el único responsable de la mierda es aquel que creó al hombre.
Per no fer el post massa llarg demà transcriuré el tros següent de Kundera en relació a l'excitació sexual i el fàstic.
3 comentaris:
Bé, potser quí no toca, però gracies per posar el meu link al teu bloc. Jo farè el mateix. Llegir els teus posts és unà autèntica delícia pels amant de la cultura. Una encaixada!
Feliu, i tant que això toca :-) ! Gràcies per l'enllaç.
http://neopunk.blogia.com/
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